-Toda mi infancia soñando, oyendo ese fabuloso-magnífico para mis oídos claro- ruido de los motores, visitar el aeropuerto del prat, ver a esos hombres y mujeres con uniforme con esas rayas doradas bordadas en su americana, la preciosa insignia de la aviación española, todo un mundo que se me esta alejando por culpa de problemas de la vida, y que sin duda pueden dejar a un joven con un afán sorprendente por estar en esas oficinas privilegiadas a 35000 pies de altura, en las puertas de un futuro sin esa vida.
No todo se acaba aquí y desde luego uno no parara hasta conseguir ese sueño.
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